Conducir sin barreras: la historia de Pablo y la revolución de la accesibilidad en los vehículos particulares

  • Por primera vez, la nueva legislación europea obliga a que los vehículos particulares sean accesibles. 
  • En España, cerca de 350.000 personas con movilidad reducida aún esperan una solución para recuperar su independencia.
  • La movilidad inclusiva aún no es una realidad: Andalucía y País Vasco reclaman avances mientras que Madrid y Barcelona no alcanzan ni el 20% de taxis adaptados.

En España, más de 400.000 personas utilizan silla de ruedas en su día a día, pero apenas 45.000 tienen acceso a vehículos adaptados para poder conducir o viajar con autonomía. Este 28 de junio, la nueva Ley Europea de Accesibilidad entra en vigor y promete cambiar esa realidad ya que, por primera vez, obliga a que productos y servicios relacionados con la movilidad -incluidos los vehículos particulares- sean accesibles de forma universal.

Para Pablo Tovar, un joven sevillano, psicólogo, deportista y speaker motivacional, no se trata de una opción. Es un derecho. “Volver a conducir no fue un capricho. Fue volver a tener poder de decisión sobre mi vida”, afirma. Pablo sufrió un accidente de moto a los veinte años que lo dejó en silla de ruedas. A partir de ahí, empezó un camino de readaptación que incluyó una de sus conquistas más importantes: volver a ponerse al volante.

Su historia no es solo personal. Representa el deseo, y la necesidad, de miles de personas que cada día enfrentan barreras técnicas, normativas y sociales para moverse con libertad. Porque conducir un vehículo adaptado no es solo una cuestión de movilidad, es una cuestión de autonomía personal: llevar a los hijos al colegio, llegar a tiempo a una entrevista o simplemente conducir solos al supermercado.

La nueva ley que llega… y lo que ya debería estar resuelto

La legislación comunitaria es clara: los servicios de transporte y movilidad deben garantizar a partir de ahora la accesibilidad en todos sus formatos, desde plataformas digitales hasta la propia infraestructura del vehículo. Sin embargo, la cobertura en las ciudades aún es muy limitada. 

Si nos centramos, por ejemplo, en comunidades como Andalucía y el País Vasco, el panorama es claro: queda mucho por hacer. En Andalucía, más de 50.000 personas con discapacidad física y orgánica, muchas con movilidad reducida, reclaman mejoras urgentes. 

En el País Vasco, pese a contar con una estrategia autonómica de accesibilidad, la percepción social sobre su cumplimiento es baja, con una nota media de apenas 3,9 sobre 10. La accesibilidad en el transporte sigue siendo, en ambos territorios, un asunto sin resolver. 

En Madrid, solo un 13% de los taxis están adaptados. En Valencia, un 8%. Y en Barcelona, a pesar de su red avanzada, no se supera el 20%, según el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).

Pero para muchas personas, esta ley no llega como una novedad, sino como una asignatura pendiente. «No se trata solo de moverme, se trata de poder elegir cómo y cuándo lo hago. La accesibilidad es libertad», insiste Pablo.

Hidral Gobel: dos décadas anticipándose a la ley

Mientras la legislación se adapta, hay empresas que llevan más de dos décadas trabajando para que la accesibilidad no dependa de una ley, sino de un compromiso ético. Es el caso de Hidral Gobel, con sede en Sevilla y Madrid y fábrica en Lanciego (Álava), especializada en soluciones de accesibilidad para el transporte público y privado.

Rampas para autobuses, plataformas elevadoras para autocares y sistemas de adaptación para vehículos particulares, incluidos taxis y coches de uso familiar. Su equipo de ingeniería, montaje y soporte técnico personaliza cada solución, acompaña al usuario durante todo el proceso y garantiza un servicio postventa de calidad.

“Cada coche adaptado es una vida que vuelve a moverse con autonomía”, afirma Fabio Sgardi, CEO de la compañía. Y no es solo una metáfora. En Hidral Gobel no existen soluciones estándar porque no existen vidas estándar.

En el caso de Pablo, la solución fue integral: desde el asiento giratorio hasta los mandos manuales para frenar y acelerar sin pedales, pasando por un sistema que recoge automáticamente su silla y la guarda en el interior del coche. Pero cada vehículo es un mundo, y cada cuerpo también.

Si se viaja como copiloto, puede instalarse un asiento giratorio o permitir que la persona viaje en su propia silla. Si se trata de conducir, hay que rediseñar el acceso, los mandos, e incluso, si es necesario, rebajar el suelo o elevar el techo del vehículo. Todo con un único objetivo: que nadie tenga que renunciar a su libertad por una barrera técnica.

La historia del joven sevillano es también la de muchas otras personas que quieren y pueden conducir su vida. Pablo no solo ha vuelto a moverse. Ha vuelto a ganar. Es tricampeón de España en esquí adaptado y subcampeón nacional de surf adaptado. Y se ha convertido en una de las voces más influyentes sobre inclusión y motivación personal en redes, siendo reconocido como LinkedIn Top Voice.

Al final es, sobre todo, un recordatorio de que la accesibilidad no puede seguir siendo una promesa futura, ni un privilegio técnico. Es una necesidad vital. Y hoy, gracias a la tecnología, el diseño y el compromiso de empresas como Hidral Gobel, es también una realidad posible.

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